Llego a casa después de unas horas en la universidad, cansado de estudiar y pensando que todavía me queda una semana igual, y me encuentro la cocina llena de cacharros sucios y una gran masa pringosa repartida por toda la encimera."Vaya" pensé, "alguien se está mofando del calendario de limpieza".
Me acerco para hacer un cálculo del tiempo que puede llevar aquella masa en la encimera y cuando introduzco mi dedo índice en ella...¡oh, no. Se mueve!
Doy un salto hacia atrás; la masa se contrae y se expande ella sóla; yo no doy crédito a lo que veo.
De repente, como saliendo de una puerta del más allá, la cabeza de Genís asoma de entre la masa, me mira y me dice: "¡Ey tío, estic fent panellets!"
En fin, menudo susto. Genís tardará una semana en limpiar la cocina, pero ¡qué buenos están los panellets!
Un saludo!
