miércoles, 13 de agosto de 2008

Tras 10 años en el mar

La vista desde el avión a la llegada al aeropuerto internacional de Keflavik impresiona por la negrura y desolación de la tierra. No se divisa árbol ni indicio de vida; sólo roca, nieve y...una carretera. La nº1, que recorre toda la isla por la costa.

En la foto, Isafjordur, en medio de uno de los fiordos del noroeste.

El camino en coche hacia el norte por la nº1 es una caja se sorpresas: glaciar a la derecha...volcán a la izquierda...ahora 200 km sin asfaltar...y por último la carretera de los fiordos, en el último de los cuales nos instalamos nosotros.

Por supuesto, aun estando al otro extremo del país, sigue sin aparecer ni un sólo árbol, ni una planta que levante más de un palmo del suelo.

Ya en Reykjavik me había fijado en que todas las casas son, al menos en una parte, de madera; todas las escaleras de la capital eran de madera; hasta los andamios de la Catedral eran de madera.

¿Por qué, entonces, hay aserraderos en cada pueblo?
Porque en Islandia la madera la pescan. Los troncos caídos en Siberia flotan durante diez años hasta las costas de esta extraña isla, donde los recogen a medida que les hace falta.
Según nuestro jefe islandés, no se encuentra madera mejor.


Tuvo que ser el último día de trabajo cuando descubrí la procedencia de la valla de alambre que estábamos poniendo: Trefilería de Moreda.

Saludos!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

very cool.

Manolo dijo...

Le has cogido el truquillo al estilo que, a mi parecer, ha de tener un blog, conciso y epatante.

mi-bemoll dijo...

Fotos molt guapes he vist per aquí. Tot i que m'hauràs d'explicar moltes coses, com això d'anar amb màniga curta enmig de la neu, aquella foto on esteu plens de fang... què me'n dius? =P

Alex dijo...

Y que hay de las pinzas para fijar las vallas? Algunas de Trefileria fueron disenhadas en la habitacion desde la que escribes...

Anónimo dijo...

Buen blog, Elias! Si, estoy recordando tu cara de alucine cuando vimos el origen de las vallas. La globalización llegó a Islandia: Rusia les manda las maderas y nosotros los alambres (y la mano de obra!) Un abrazo